Soberanía Alimentaria

“Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo. Esto pone a aquellos que producen, distribuyen y consumen alimentos en el corazón de los sistemas y políticas alimentarias, por encima de las exigencias de los mercados y de las empresas. Defiende los intereses de, e incluye a, las futuras generaciones. Ofrece una estrategia para hacer frente al comercio libre y corporativo y para encauzar los sistemas alimentarios, agrícolas, pastoriles y pesqueros para que pasen a estar gestionados por los productores y productoras locales. La soberanía alimentaria da prioridad a las economías locales y a los mercados locales y nacionales, y otorga el poder a los campesinos y a la agricultura familiar, la pesca artesanal y el pastoreo tradicional, y coloca la producción alimentaria, la distribución y el consumo sobre la base de la sostenibilidad medioambiental, social y económica. La soberanía alimentaria promueve el comercio transparente, que garantiza ingresos dignos para todos los pueblos, y los derechos de los consumidores y consumidoras a controlar su propia alimentación y nutrición. Garantiza que los derechos de acceso y gestión de la tierra, de los territorios, del agua, las semillas, el ganado y la biodiversidad, estén en manos de aquellos que producen los alimentos. La soberanía alimentaría supone nuevas relaciones sociales libres de opresión y desigualdades entre los hombres y mujeres, pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones.”

Declaración de Nyeleni, Foro Internacional por la Soberanía Alimentaria, Mali, 2007.

www.viacampesina.org

martes, 2 de marzo de 2010

El Marco Político de la Soberanía Alimentaria



La soberanía alimentaria es una propuesta política. Después de varios años desarrollándola, La Vía Campesina la presentó a nivel internacional durante el Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996.
De allí en adelante, muchos movimientos sociales, organizaciones y otros la han adoptado y participado en desarrollar la manera en la cual se describe a la soberanía alimentaria y cómo se la puede implementar. En los debates constantemente se tocan asuntos y desafíos nuevos.
La soberanía alimentaria provee el espacio para una rica diversidad de propuestas concretas adecuadas a las situaciones locales y nacionales, a las diferentes culturas, y a las aspiraciones y necesidades de pueblos diferentes. Coloca a los/as agricultores/as, los/as pastoralistas/ pastores/as, los/as pescadores/as, los pueblos indígenas, y otros/as productores/as de alimentos al igual que a los/as consumidores/as en el centro del desarrollo de las políticas alimentarías y agrícolas en lugar de centrarse en las demandas de los mercados y la producción corporativa de alimentos. La soberanía alimentaria incluye y defiende los intereses de las generaciones futuras.
La Soberanía Alimentaria representa una agenda contrapuesta a las políticas neoliberales del comercio globalizado y la “seguridad alimentaria” actualmente definidas por el régimen alimentario establecido
por las corporaciones y sus modelos de producción agro-industrial. Ofrece tanto una estrategia para resistir y desmantelar dicho régimen, como también ofrece direcciones para mejorar los sistemas alimentarios, agrícolas, pastorales/pastoralistas, y pesqueros.



La soberanía alimentaria no está en contra del comercio ni de la seguridad alimentaria per se. Es mas, la soberanía alimentaria estipula una seguridad alimentaria verdadera y un comercio justo dando prioridad a los mercados, productores/as y consumidores/as locales. La soberanía alimentaria apoya a la
agricultura liderada por los/as agricultores/as, la pesca enfocada en los/as pescadores/as, el pastoreo/pastoralismo liderado por los/as pastores/as, todo esto en base a la sostenibilidad medioambiental, social y económica, en contraposición a la producción de alimentos dirigida por los agronegocios industriales y las corporaciones. La soberanía alimentaria promueve la formulación de políticas y prácticas de comercio al servicio del derecho de los pueblos y la gente a producir y cosechar alimentos inocuos, saludables, y ecológicamente sustentables.
La Soberanía Alimentaria ha sido descrita de la siguiente manera:
• El derecho de los individuos, los pueblos, las comunidades y los países a definir sus propias políticas agrícolas, laborales pesqueras, alimentarias, y de gestión de la tierra y los recursos hídricos, que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias particulares;
• El verdadero Derecho a la Alimentación y a producir alimentos, lo que significa que todos tienen el derecho a alimentos inocuos, nutritivos y culturalmente apropiados, a los recursos para producir alimentos, y la posibilidad de mantenerse a si mismos y a sus sociedades;
• El derecho a proteger y a regular la producción y el comercio interno y a impedir el dumping de alimentos y la innecesaria ayuda alimentaría en los mercados nacionales;
• Autosuficiencia alimentaria hasta el punto deseado;
• El manejo del uso, los derechos y el control sobre los recursos naturales – la tierra, el agua, las semillas, las razas de ganado y toda la biodiversidad agrícola, sin restricciones por los derechos de propiedad intelectual y sin OGMs ;
• basada en y apoyando la producción y la cosecha ecológicamente sustentables, principalmente la producción agro-ecológica y la pesquería artesanal.
Para controlar la producción alimentaria, los/as pequeños/as agricultores/as y los/as campesinos, los/as pastores/as y pastoralistas, los/as pescadores/as, la gente que vive en los bosques, los pueblos indígenas y otros/as productores/as de alimentos a pequeña escala tienen que ser activa y decisivamente involucrados/as en el proceso de formulación de políticas. Las mujeres productoras de alimentos, juegan un papel primordial en su producción, el mantenimiento de la diversidad agrícola y la nutrición familiar. Ellas específicamente tienen que ser involucradas directa y activamente en la toma de decisiones políticas y en la definición de las prioridades de investigación, si éstas van a responder a sus necesidades y en consecuencia a las necesidades de la comunidad entera.
Como un marco amplio que incluye la producción, la distribución, el intercambio y el consumo, la soberanía alimentaria tiene también implicaciones importantes para los/as jóvenes rurales. El reavivar y fortalecer las economías locales y asegurar que las comunidades rurales tengan los recursos necesarios para ser autosuficientes, significa que los/as jóvenes tendrán oportunidades para desarrollarse y tener
trabajo.

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